Esta adaptación parte de la versión teatral que se representó en 2018, para celebrar el 50º aniversario de la obra original que, a su vez, buscó retratar cómo era la vida del colectivo LGBT a finales de los 60.
MADRID, 11 de octubre (EuropaPress).- Netflix recupera una de las grandes obras de temática LGBT, Los chicos de la banda. La pieza teatral de Mart Crowley regresa con una adaptación cinematográfica, dirigida por Joe Mantello, que se estrena en la plataforma el pasado 30 de septiembre.
Una producción que es un "reflejo" de "lo que significaba ser homosexual en los años 60" y de cómo el colectivo ha avanzado "estos últimos años". "Ahora tenemos referentes, somos visibles y tenemos nuestra propia voz", declara Michael Benjamin Washington, que interpreta a Bernard, uno de los protagonistas.
Ambientada en Nueva York, en el año 1968, la cinta narra la reunión de un grupo de amigos homosexuales para celebrar un cumpleaños. La inesperada llegada de un antiguo compañero de la facultad del anfitrión de la fiesta, que desconoce la orientación sexual de su colega, convertirá una agradable velada en una noche de reproches, rencores y revelación de secretos.
Producida por Ryan Murphy (American Horror Story, Pose, Ratched), esta adaptación parte de la versión teatral que se representó en 2018, para celebrar el 50º aniversario de la obra original que, a su vez, buscó retratar cómo era la vida del colectivo LGBT a finales de los 60.
"Para el público moderno, para mí también, no se trata tanto de sacar secretos a la luz, sino de mirar hacia atrás" explica Zachary Quinto, que interpreta a Harold en el filme, en declaraciones recogidas por Europa Press durante la rueda de prensa virtual en la que el director y el reparto presentaron la cinta.
"La obra va sobre cómo era ser gay en los 60 y cómo ahora lo vivimos de manera diferente. Gracias a los que han luchado durante tantos años", argumenta Tuc Watkins, que da vida a Hank en la película. El actor añade que "una parte" de los inicios de la lucha por los derechos LGBT vino con esta obra. "Se produjo un año antes de los disturbios de Stonewall", añade.
RETRATO DE LA REALIDAD GAY EN LOS AÑOS 60
En ese reflejo de la realidad homosexual de finales de los 60, el retrato que hace el director Joe Mantello y los guionistas, Ned Martel y el propio Mart Crowley, no nada complaciente y muestra una dura situación del colectivo. "Una obra de teatro, con nueve personajes gais y ambientada en los 60 era todo un reto", explica Mantello.
"Los nueve protagonistas, de alguna forma, esperan conectar con el otro, incluso cuando se lo niegan a ellos mismos. Su mayor deseo es, a través de una mirada o un gesto, tocar el corazón de alguien, pese que ellos mismos se boicotean. El anhelar poder amar es algo maravilloso que, tristemente, era prácticamente imposible vivir abiertamente hace 50 años", manifiesta Brian Hutchison, que interpreta a Alan en la cinta.
Prueba de ello fue que el estreno de Los chicos de la banda provocó un verdadero escándalo en 1968, al ser la primera obra en mostrar a personajes abiertamente homosexuales en escena. "Dramaturgos como Edward Albee o Tennessee Williams escribieron sobre personajes gais a menudo, pero estos estaban ocultos bajo una máscara. Lo que hizo Crowley fue algo totalmente revolucionario", detalla Matt Bomer, cuyo papel en el filme es el de Donald.
El estreno de Los chicos de la banda coincide en un momento en el que Hollywood busca incentivar producciones que reflejen la diversidad que existe en la sociedad. "Necesitamos más películas LGBT. Necesitamos saber qué significa serlo ahora, actualizar el mensaje de la obra y ver cómo hemos aprendido a vivir de otra manera", explica Watkins.
MOSTRAR LA DIVERSIDAD EN LA PANTALLA
Y en esa búsqueda de la diversidad, también se busca mostrar la realidad LGBT desde una perspectiva étnica y racial. "Lo más emocionante de interpretar a Emory fue que él está orgulloso de ser quién es, de su pluma, de sus raíces. No le importan lo que digan, su mejor amigo es negro, algo que era casi imposible", declara Robin de Jesús, actor con orígenes puertorriqueños.
Prueba de ello es que, para los actores protagonistas, se decidió volver a contar con los nueve intérpretes que estuvieron en la versión de 2018, todos artistas abiertamente homosexuales. "Había algo distinto, tanto en el escenario como en el set, se respiraba libertad y eso ha hecho que sea una experiencia distinta", argumenta Hutchison.
"Haber hecho la obra fue una experiencia maravillosa, estaba preocupado de que la versión cinematográfica no estuviera a la altura. Felizmente, no ha sido así", comenta Jim Parsons, Michael en la cinta. "Todos los personajes me llegaron al corazón", agrega Charlie Carver, que interpreta al Cowboy. "Estoy muy orgulloso con el resultado", añade Andrew Rannells, que en el filme es Larry.
"Lo más mágico fue cuando ganamos el Tony, ver recogerlo a Mart Crowley. Ese momento se quedó grabado para siempre. Fue un reconocimiento a lo vivido en esa época", declara Quinto. "Creo que hemos hecho algo que trascenderá más allá de nosotros mismos", agrega Mantello.